El Lyon tumba a Guardiola

El Manchester City de Pep Guardiola cayó noqueado a las puertas de las semifinales de la Champions. El Olympique de Lyon, el equipo menos temido de esta fase final de Lisboa, frustró la ambición de grandeza del equipo inglés con una victoria inesperada (1-3). Disparó mucho menos a portería, pero delante del cancerbero falló menos.

Ahora le espera el Bayern de Múnich, el inmisericorde verdugo del Barça. Paris SG y Leipzig jugarán la otra semifinal. Dos franceses por primera vez contra dos alemanes. Este es el cuadro sin representación española de una Champions cargada de partidos brillantes y momentos asombrosos. También de víctimas ilustres: Guardiola es la última. «Hicimos cosas muy bien, pero no fue suficiente. Quizá algún día logremos esta copa. Quién sabe», dijo en la rueda de prensa.

Equipo vibrante

El Lyon sorprendió a la Juventus en los cuartos y ante el City, aparentemente favorito, mantuvo el deslumbrante vigor. El equipo de Rudi Garcia, quien sustituyó en el banquillo a mitad de temporada al exazulgrana Sylvinho, una calamidad con él los franceses, se comportó con un juego colectivo encomiable.

Como el Leipzig, como el Atalanta o como el Bayern, el Olympique de Lyon hizo del esfuerzo comunal su bandera. Esta Champions viene descubriendo equipos fascinantes. Nada de confiar en la inspiración de un solo tipo. Sobre el campo se vio por parte de todos un esfuerzo pulmonar intenso, ordenados de forma marcial, con una presión atlética y un sistema de ayudas que ahogaron a los jugadores del City en la primera parte.

Guardiola, siempre más presionado en Europa, se fue a la caseta al descanso rascándose la cabeza. No le faltó la posesión ni las ocasiones al equipo inglés, pero el ataque careció de fluidez. Solo Sterling y su dinamismo constante inquietaron a los abnegados franceses. En cambio, el Lyon aprovechó una fulgurante oleada que culminó Cornet con un toque preciso (m. 25) para abrir el marcador.

De ese frotamiento capilar surgió la idea de incorporar al habilidoso Mahrez. Más regate, más amplitud de campo, más juego perpendicular. La dinámica se alteró. El City se adueñó de un partido que se le escurría. El Lyon pareció desfallecer. Entre De Bruyne, Mahrez y Sterling construyeron autopistas. En una acción entre ese tridente se edificó el empate (m. 69). Exquisito pase del argelino a Sterling, maniobra brillante en el área del inglés y el belga que culminó en una llegada poderosa al área.

Se puso el encuentro para la cocción rápida en favor del City. Parecía cuestión de minutos de que la formación de Guardiola se comiera al Lyon. Y, sin embargo, para desesperación del técnico catalán, los franceses sacaron las alas y Dembélé, recién ingresado en el campo, cogió la espalda de la defensa inglesa y soltó el bombazo (m. 79). De rodillas, frustrado, se dejó caer Guardiola. Y no sería la última vez.

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